domingo, 27 de enero de 2008

HACIA UN DESARROLLO SUSTENTABLE

¿Serán beneficiosos los Alimentos Transgénicos?
Por Juan Figueroa

Al hablar de transgénicos se nos presentan inquietudes, ya que en estos tiempos se ha utilizado este método en animales o vegetales, cuya dotación genética ha sido modificada para contener genes extraños o formas alteradas de genes endógenos. Esta actividad transgénica se consigue tras inyectar el gen ajeno en el óvulo fecundado o en las células embrionarias, que se generan en los primeros estudios del desarrollo, buscando de manera incesante un cambio y un aumento de producción de calidad y consistencia de muchos vegetales, frutos y animales que integran nuestro diverso menú alimenticio. Cuando en nuestro hogar sembramos una planta de algún fruto, en este caso tomate, la cosecha suele ser de muy buena calidad y son muy frescos, totalmente naturales para nuestro organismo, y aunque no permanecerán mucho tiempo frescos, pues se pudrirán, existe garantía de un consumo sano. Sin embargo, los alimentos transgénicos, suelen ser más perecederos, aunque todavía se está estudiando los efectos secundarios que pudiesen producir en nuestro organismo. Un caso más sencillo es el de las “gallinas ponedoras” dado que se altera su genética para la constante producción de huevos y abastecer la demanda en el mercado, factor incidente en la aplicabilidad de la transgénidad en los animales por la competencia en el libre mercado.
Los cultivos transgénicos hacen alusión a aquellas plantas que han sido modificadas de forma artificial (¡no polinizan como el resto de las plantas!) con el fin de aumentar su rendimiento y calidad, hacerlas resistentes a las plagas y más tolerantes al calor o al frío. Ya comenzamos a pensar que es algo extraño y que el hombre en su constante dominio para superar a la naturaleza ha intervenido en cada aspecto su modificación, y el proceso de transgénidad cada vez están más extendidos por todo el mundo, y es difícil saber que fruta u hortaliza es transgénica.
La agricultura biológica, de acuerdo con la literatura, es un sistema de producción que rechaza el uso de los fertilizantes sintéticos y los pesticidas, y utiliza medios biológicos para controlar las plagas. Suele recurrir a la rotación de los cultivos, y utiliza el estiércol animal y otros residuos orgánicos, esta agricultura se alimenta de desechos orgánicos y no utiliza biotecnología. En la ganadería, entre los numerosos beneficios que podría acarrear la utilización de animales transgénicos, se encuentra el elevado aumento en la producción de leche y carne para abastecer el mercado. La producción de proteínas de la sangre a través de animales transgénicos supone también un avance con respecto a otras dificultades que entrañan los procedimientos actuales. Nos referimos, por ejemplo, a su purificación a partir de la sangre de los donantes. La razón es muy sencilla: elimina el riesgo de contaminación con agentes infecciosos. Aunque se ha conseguido ya un alto nivel de seguridad a propósito de las proteínas de la sangre procedentes de plasma sanguíneo, gracias a los controles rigurosos a los que son sometidos los donantes y los tratamientos antivíricos que se utilizan, sin dejar atrás el pequeño grado de contaminación.
También se pueden crear organismos que funcionen como fábricas biológicas, produciendo grandes cantidades de proteínas utilizadas en el tratamiento de algunas enfermedades humanas. Por otro lado, se pueden generar animales modelo para estudiar determinadas enfermedades, desactivando los genes no funcionales en los pacientes que las padecen.
La modificación genética de los productos agrícolas, ganaderos y de ciencia médica tiene ventajas y desventajas, aunque seguirá suscitando numerosos interrogantes.


1 comentario:

nerudianas dijo...

La raíz Robinsoniana de la Revolución Bolivariana.
Por: gobiernoenlinea.ve
Fecha de publicación: Jueves, 08/04/04 11:57pm
URL: http://www.aporrea.org/dameletra.php?docid=7724

Muy al contrario de lo que desde hace unos cuantos años nosotros les oíamos anunciar a ciertos pensadores por encargo, a sueldo sin duda de determinados intereses, la lucha entre ideologías de índole antagónica sigue marcando el rumbo del desarrollo en las sociedades contemporáneas. Lejos de estar en vías de desaparición, cada día se hace evidente que esa lucha se agudiza en la medida que crecen los problemas inherentes a un mundo carente de justicia social.

Los procesos políticos se definen precisamente bajo la orientación ideológica que adopten las personas adscritas o no a partidos políticos o movimientos sociales, apoyados a su vez en una gama de fuerzas sociales, correspondientes a los dos grandes campos del desarrollo de la humanidad: el conservador y el revolucionario.

En las circunstancias actuales que vivimos en Venezuela, donde se ha desatado en estos últimos cinco años un impresionante proceso de cambios en las más diversas esferas, ha cobrado decisiva importancia el factor ideológico. Nadie puede desconocerle al Presidente Chávez el mérito histórico de haber despertado en el pueblo venezolano un interés sin precedentes por el estudio del pensamiento bolivariano, el cual constituye como es sabido el fundamento esencial de todo lo que en el plano de la ideología aporta nuestro proceso.

La clave que nos permite entender a Bolívar y sus avanzadas ideas en materia social y política, asombrosas en muchos aspectos aún hoy en día, no es otra que la del insigne maestro y compañero de ideología que encontró Bolívar en su tocayo Simón Rodríguez.

En la carta que envió Bolívar a Simón Rodríguez desde Pativilca, el 19 de enero de 1924, se observa el altísimo respeto y profundo afecto que el Libertador tenía por su maestro:
“...Vd. formó mi corazón para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso. Yo he seguido el sendero que Vd. me señaló, Vd. fue mi piloto aunque sentado sobre una playas de Europa. No puede Vd. figurarse cuán hondamente se han grabado en mi corazón las lecciones que Vd. me ha dado; no he podido jamás borrar siquiera una coma de las grandes sentencias que Vd. me ha regalado: Siempre presentes a mis ojos intelectuales las he seguido como guías infalibles...”

Esta cita y las siguientes pertenecen a una obra titulada de modo muy sugestivo “La raíz robinsoniana de la Revolución Bolivariana en Venezuela”, en edición popular hecha por el Instituto Municipal de Publicaciones de la Alcaldía de Caracas, cuyo autor es un conocido profesor de la Universidad de Oriente (UDO), Max Robinson, canadiense por su origen y venezolano no solamente por la ley sino de corazón.

Las originales ideas que Simón Rodríguez pregonó en vida y dejó asentadas en todo un montón de escritos -sin saber cual de todos es más revolucionario-, han permanecido casi ignorados hasta ahora, de igual forma que las huellas imborrables que dejaron numerosos hombres y mujeres en el proceso histórico emancipador del pueblo venezolano, las cuales continúan provocando en la Oligarquía serias preocupaciones y dolores de cabeza.

Afortunadamente, abundan y cobran vigencia hoy en la memoria histórica del país las vidas y obras tanto de Simón Bolívar y Simón Rodríguez, como las de Guaicaipuro, Tamanaco, Francisco de Miranda, José María España, Pedro Gual, Josefa Camejo, Josefa Joaquina Sánchez, José Leonardo Chirinos, Antonio José de Sucre, Rafael Urdaneta, Luisa Cáceres de Arismendi, Manuel Carlos Piar, José Francisco Bermúdez, José Antonio Anzoátegui, José Tadeo Monagas, Manuel Cedeño, Pedro Camejo, José Félix Ribas, Jacinto Lara, Ezequiel Zamora, Juan Crisóstomo Falcón, Maisanta, así como otras más.

Simón Rodríguez, fue odiado despiadadamente por ciertos sectores privilegiados que lo tildaron de “loco” porque sus ideas eran antagónicas con sus intereses, y han sido estos mismos sectores los que se esfuerzan por borrar su legado de la memoria colectiva del pueblo, reduciéndolo a la mera condición de “maestro de Simón Bolívar”. Cabe preguntarse entonces: ¿Por qué temieron y aun temen a Simón Rodríguez?

Las raíces robinsonianas en el pensamiento bolivariano.

A continuación se presentan algunos extractos del Pródromo (Introducción) a Sociedades Americanas de Simón Rodríguez (1928), citados por el profesor Robinson en su libro, los cuales permiten desentrañar las fuentes teóricas del pensamiento bolivariano y ubicarlo en el contexto universal de nuestro tiempo:

I. Consolidar una verdadera Soberanía e Independencia, fue motivo de gran preocupación para Rodríguez: “En la América del Sur las Repúblicas están Establecidas pero no Fundadas (...)¡Cuanta sangre!...para conseguir tan poco!... y ¡cuan lastimoso no sería el perder tantos sacrificios!. En su obra “Luces y Virtudes Sociales” (1834), agrega: “No hay libertad donde hay amos ni prosperidad donde la causalidad dispone de la suerte social”

II. Creía en la democracia directa y participativa: “Las Sociedades podían existir sin Reyes y sin Congresos”

III. Cuestionó la libertad absoluta de la Prensa: “Es verdad que la Libertad de Imprenta como todas las Libertades está sujeta a la Razón (...) Entiéndase por Libertad de Prensa la facultad que dan los conocimientos para abogar por el bien común, y no la licencia que se toman las pasiones para denigrar al que lo promueve”

IV. Aborreció la esclavitud: “...La única analogía que hai, entre las dos Américas (española y anglosajona), es la noble idea que ambos tiene de la utilidad de la esclavitud. Los Angloamericanos han dejado, en su nuevo edificio, un trozo del viejo –sin duda para contrastar- la rareza de un hombre mostrando con una mano, a los Reyes el gorro de la Libertad, i con la otra levantando un GARROTE sobre un negro, que tiene arrodillado a sus pies”.

V. Consideró a los indios como los legítimos dueños de América: “En lugar de pensar de Medos, de Persos, de Egipcios, pensemos en los Indios. La decadencia que experimentaron en su propio suelo los Griegos y los romanos después de algunos siglos de dominio no nos importan tanto como la decrepitud prematura en que comienza a caer... (casi a u nacimiento)... las repúblicas que han hecho los Europeos y los Africanos en el suelo de los Indios”.

VI. Rechazó la imitación mecánica: “...o inventamos o erramos”. En su obra “Luces y Virtudes sociales”, Rodríguez escribió: “...la América no ha de imitar servilmente, sino ser original (...) La necesidad de sentir bien la diferencia que hay entre adoptar y adaptar, para no desechar lo que puede ser útil y para no errar en sus aplicaciones”.

VII. Consideraba al capitalismo como incompatible con la existencia de una verdadera República, tal como lo expone en su obra Defensa de Bolívar, (Arequipa, Perú,1830):
“A ninguno le es permitido exentar a otro, del trabajo necesario a su subsistencia”.
“Ninguno tiene derecho a la propiedad ni a los servicios de otro, sino en común”.
“No hay legados ni herencias por sucesión”.

En su obra Luces y virtudes sociales, (Concepción, Chile, 1834) escribió: “aunque los reyes entienden por libertad la licencia de quejarse y por prosperidad las comodidades de ciertas clases no es país libre el que teme la desigualdad de derechos ni próspero el que cuenta con millones de miserables (...) no hay libertad donde hay amos ni prosperidad donde la causalidad dispone de la suerte social”.

En otra de sus obras, Desvío del río Vincocaya, (Arequipa, 1830)escribió: “Una revolución política pide una revolución económica”. Y en su Sociedades Americanas: “Los indios y los negros no trabajarán siempre para satisfacer escasamente sus pocas necesidades, y con exceso las muchas de sus amos.”

VIII. Consideró al pueblo educado como el ingrediente esencial para la formación de una verdadera República. En “Defensa a Bolívar”, el maestro dice: “El fundamento del Sistema Republicano está en la opinión del pueblo, y ésta no se forma sino instruyéndolo”.
Su programa educativo para formar ciudadanos preparados para vivir en una verdadera República era:

Instrucción social para hacer una nación prudente
Instrucción corporal para hacerla fuerte
Instrucción técnica para hacerla experta
Instrucción científica para hacerla pensadora

IX. Abogó por una Escuela Social y por una Educación Popular para la Libertad: En Consejos de Amigo, dados al Colegio de Latacunga, dice que a la niñez debe enseñársele que “Piense cada uno en todos, para que todos piensen en él”. En la escuela social “Enseñen a los niños a ser PREGUNTONES! Para que pidiendo el POR QUÉ de lo que se les mande a hacer, se acostumbren a obedecer a la RAZÓN! No a la AUTORIDAD, como los limitados , ni a la COSTUMBRE, como los estúpidos”.

Las citas anteriores comprueban la condición de visionario del pensador americano, y toda su obra podría concentrarse en su lema: “Piense cada uno en todos, para que todos piensen en él”. Como se puede apreciar, tanto Bolívar como Rodríguez fueron dos revolucionarios que se anticiparon a su época, actuando en función de una ideología, con concepciones del internacionalismo que sobrepasaron el estrecho límite de Venezuela e incluso el más amplio de nuestro continente.

Conocer la raíz robinsoniana del pensamiento bolivariano es arma valiosa para todo el movimiento revolucionario, tanto en Venezuela como en los países hermanos, y dará un impulso todavía mayor a las batallas que en el campo ideológico libran ante sus adversarios tradicionales, y en especial frente a las concepciones pro imperialistas envueltas en el monroísmo del llamado sistema interamericano.

enviado por nerudianas