lunes, 2 de marzo de 2009

Gestión Comunitaria para la Inclusión Social


República Bolivariana de Venezuela
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL SIMON RODRIGUEZ
Decanato de Postgrado
Núcleo Barcelona
Maestría en Educación Robinsoniana
Curso: Gestión Participativa de Proyectos Comunitarios




LA GESTIÓN COMUNITARIA COMO
FACTOR DETERMINANTE PARA LA CONSOLIDACIÓN DE LA INCLUSIÓN SOCIAL
Autores: Juan Figueroa y Yumen Zein



Barcelona, enero de 2009.






LA GESTIÓN COMUNITARIA COMO FACTOR DETERMINANTE PARA LA CONSOLIDACIÓN DE LA INCLUSIÓN SOCIAL


El Legado de Nuestros Libertadores

La historia de nuestra América ha sido una historia de luchas, saqueos e invasiones que, con la llegada de los conquistadores, ha dejado profundos males en nuestros países. Es desde 1492, cuando se inicia un proceso histórico marcado por el sometimiento y el sufrimiento de nuestros pueblos, ante el despojo y la muerte sembrada por los conquistadores. Fue tanta la injusticia cometida contra miles de indígenas que el propio Papa Benedicto XVI tuvo que admitir, en mayo del 2007, que la evangelización y colonización trajo sufrimientos e injusticias a las comunidades indígenas. Con la finalidad de aclarar una intervención previa que había tenido en Brasil, y ante la protesta de Jefes de Estado Latinoamericanos y de las comunidades indígenas, el Sumo Pontífice señaló que no se puede “ignorar los sufrimientos y las injusticias cometidas por los colonizadores a las poblaciones indígenas”. Ya lo precisa Molins M. cuando señala lo expresado por Tofflin, 1990, autor que sostiene que las primeras fortunas que impulsaron el desarrollo del capitalismo, habían salido del pillaje, el saqueo y la piratería, al igual que del látigo del capataz de esclavos, de la extorsión, del trabajo forzado de indios en minas de oro y plata y de las enormes extensiones de tierras otorgadas por los monarcas agradecidos a sus guerreros y generales.

Haciendo énfasis en un proceso histórico más amplio, nos encontramos posteriormente con lo que se denominó el Colonialismo lo que permitió que potencias europeas y particularmente el dominio español, incorporaran a su patrimonio extensos territorios del continente americano y a los pueblos que los habitaba, consolidándose así el imperio español. El saqueo de recursos naturales y de otro tipo a las tierras americanas proporcionó no sólo riquezas de incalculable magnitud al imperio, sino, además la aterradora cifra de 90 millones de indígenas muertos, lo que sin lugar a dudas nos ubica en uno de los mayores magnicidios cometidos a lo largo de la historia de la humanidad. No es sino a partir de 1808, cuando se inicia el desmembramiento del imperio español y se produce la titánica tarea de nuestros Libertadores para procurar la emancipación de nuestros pueblos y su conversión en Repúblicas libres del yugo español.

De manera que el legado de los Libertadores es un legado de justicia social, de inclusión, de enaltecimiento de los principios y derechos universales del hombre como lo son la libertad, la solidaridad y la soberanía.

La guerra por la Independencia sudamericana se extendió entre los años de 1810 y 1824, siendo en este último año cuando finalmente se produce la Victoria en Ayacucho, comandada por el General Antonio José de Sucre. Luego de dinámicos y complejos procesos, los pueblos de América se independizan de España y se crean las naciones libres de la actualidad como lo son Venezuela, Colombia, Perú, Ecuador, Bolivia, Panamá, Argentina, Paraguay, Uruguay y Chile. De igual manera los pueblos del Virreinato de España iniciaron su proceso independentista en 1810 y, luego de intensos procesos políticos, también se crearon las naciones actuales de México, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Nicaragua y República Dominicana.

Puede decirse, entonces, que desde la época de la conquista y la época colonial, nuestros antepasados fueron objeto de todo tipo de violación de sus derechos humanos, lo cual los convertía no sólo en excluidos políticos, económicos y sociales, sino que, además, los convertía en explotados y explotadas. Todo ello acelera un primer proceso de emancipación de los pueblos de América; sin embargo, las Repúblicas nacientes deben enfrentar nuevos retos y la Unión Latinoamericana, el sueño de nuestro Libertador, Simón Bolívar, alternativa propuesta por él, una vez liberadas las naciones del yugo español, no pudo cristalizarse, debido a los incipientes gobiernos formados, a las mezquindades y ambiciones de los nuevos dirigentes y al atraso económico imperante, lo cual terminó de fragmentar la integración de los pueblos latinoamericanos. Ya lo decía José Martí en “Nuestra América”, importante ensayo publicado en 1891, cuando hace referencia a la situación incipiente de las Repúblicas nacientes: “…¡Estos nacidos en América, que se avergüenzan, porque llevan delantal indio, de la madre que los crió, y reniegan, ¡bribones!, de la madre enferma, y la dejan sola en el lecho de las enfermedades! …” Critica Martí, además, la falta de originalidad al copiar la forma de gobierno de otros países, sin considerar nuestra idiosincrasia y nuestras potencialidades: “…La incapacidad no está en el país naciente, que pide formas que se le acomoden y grandeza útil, sino en los que quieren regir pueblos originales, de composición singular y violenta, con leyes heredadas de cuatro siglos de práctica libre en los Estados Unidos, de diecinueve siglos de monarquía en Francia. Con un decreto de Hamilton no se le para la pechada al potro del llanero. Con una frase de Sieyès no se desestanca la sangre cuajada de la raza india…y el buen gobernante en América no es el que sabe cómo se gobierna el alemán o el francés, sino el que sabe con qué elementos está hecho su país, y cómo puede ir guiándolos en junto, para llegar, por métodos e instituciones nacidas del país mismo, a aquel estado apetecible donde cada hombre se conoce y ejerce, y disfrutan todos de la abundancia que la Naturaleza puso para todos en el pueblo que fecundan con su trabajo y defienden con sus vidas. El gobierno ha de nacer del país. El espíritu del gobierno ha de ser el del país. La forma de gobierno ha de avenirse a la constitución propia del país. El gobierno no es más que el equilibrio de los elementos naturales del país…” Lo expresado por este importante intelectual latinoamericano es el retrato de un nuevo modo de sometimiento y sufrimiento de los oprimidos pueblos americanos. Este autor resalta la importancia de que nuestros pueblos se conozcan, se unan para enfrentar a los nuevos retos y enemigos.

De una importante intervención que tiene nuestro actual Canciller, Nicolás Maduro, conjuntamente con Carlos Lanz, en una conferencia intitulada “Construyendo el nuevo mundo posible” en el 2007, se pueden extraer significativos aspectos que convienen reseñar y comentar. En primer lugar, abordan como tópico que la historia de nuestras naciones ha estado signada por la dominación y el saqueo imperialista que se inicia con el llamado descubrimiento de América. Luego de producirse la gesta emancipadora, muchos de los ideales de hombres como Bolívar, O Higgins, San Martín, Sucre y José Martí, quienes aspiraban la construcción de una Patria Grande, se desvanecen por las continuas guerras internas y las ambiciones personales de los gobernantes. Posteriormente, en el siglo XX, continúan señalando los conferencistas, aparece el Imperialismo Norteamericano con su famosa Doctrina Monroe de “América para los Americanos”, lo que se constituyó en una especie de delimitación territorial del nuevo dominio imperial. Se produjo, entonces, una simple transferencia de tecnología obsoleta para procurar la expansión monopólica de empresas extranjeras en Latinoamérica, especialmente provenientes de los Estados Unidos. La cada vez más intensa pobreza y miseria que comenzó a apoderarse de nuestros pueblos, originó el acrecentamiento de la deuda externa, impidiéndose así el desarrollo económico y social de los llamados países del tercer mundo y dando origen a millones de pobres, excluidos sociales, quienes verían por mucho tiempo truncadas sus esperanzas de vivir dignamente.

Lo antes señalado, termina abonando el terreno para que se imponga, bajo la anuencia de gobernantes corruptos, el Sistema Neoliberal, sistema impuesto por países como Estados Unidos e Inglaterra. Se inicia así un nuevo periodo de sometimiento de los pueblos americanos afectados por la exigencia de recetas emanadas desde El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Los conferencistas precisan, así, cómo el Neoliberalismo condujo a la dependencia económica extrema a la que fueron sometidas las naciones y señalan las privatizaciones de bienes y servicios, en países como Argentina, lo cual la condujo prácticamente a la quiebra. En otros casos, se produjo una desregularización de mercados financieros para producir la dolarización de economías como lo ocurrido en El Salvador y Ecuador. Por lo demás, las frecuentes políticas del Fondo Monetario para el pago de la deuda externa terminaron frenando la inversión de programas sociales incrementándose la pobreza, el endeudamiento y la dependencia económica, mediante la importación de productos y la exportación de materia prima.

Evidentemente, Venezuela no permanece exenta de esta realidad de dependencia descrita por los Conferencistas, y en lo particular, los autores del presente trabajo, tuvimos la oportunidad de vivenciar, durante los años 80 y 90, el decaimiento de nuestra economía, por la aplicación de recetas neoliberales que sometieron a nuestro país a un profundo estancamiento social que incrementó el número de excluidos sociales. Bajo la llamada Democracia Representativa, políticos y gobernantes de turno, condenaron a muchos venezolanos y venezolanas a vivir en pobreza extrema, alejándolos de condiciones dignas de vida. Es así como se elevó, durante esos años, la deserción escolar, los cuadros de desnutrición, y los brotes de epidemia. Asimismo, el acceso a la educación superior se ve limitada; la adquisición de viviendas se restringe sólo a la clase pudiente y la corrupción campea en casi todos los ámbitos ante la mirada complaciente de los órganos jurisdiccionales.

Mujica y Rincón (2006), señalan que luego de la crisis de la deuda externa, se propone el modelo neoliberal que exalta al mercado como única vía para salir del estancamiento económico, asegurándose la reducción de la pobreza extrema, mediante la creación de empleos y de salarios adecuados. Por supuesto el papel protagónico lo tendría el sector privado y se reduciría la participación del Estado. En este contexto, señalan las autoras mencionadas, la política social adquiere tres características básicas: “…Compensatoria-reducida a una serie de programas orientados a compensar el impacto de la reforma económica y del Estado-transitoria-su duración estaría determinada hasta la duración de los efectos regresivos provocados por la aplicación del ajuste y hasta que la acción del mercado diera sus frutos sociales- y focalizada-dirigida a la población más vulnerable y en situación de pobreza extrema…” Para las investigadoras, el modelo neoliberal ortodoxo se comienza aplicar en 1989 en el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez, dado que en los gobiernos de Herrera Campins y Jaime Lusinchi se intentaron ajustes de características heterodoxas, esto quiere decir que no asumieron compromisos formales con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. De esta manera, se puede visualizar aquellos años de profundo impacto social que terminaron con manifestaciones callejeras y con el caracazo, suceso trágico, en el cual murieron miles de compatriotas en protesta por las medidas neoliberales impuestas. Por supuesto, la exclusión social se acentúo y la pobreza escaló posiciones inimaginables.

La exclusión social se manifestaba en todos los ámbitos, como se mencionó, se pone de manifiesto un proceso acelerado de descomposición en la salud, en la educación, en la adquisición de viviendas, en servicios públicos, entre otros. Por supuesto, los venezolanos y venezolanas durante estos años sufrimos los impactos de las consecuencias del modelo neoliberal aplicado; además, los escenarios de participación para la solución de problemas se vio ofuscado por la representatividad de los gobernantes electos, pues, el sistema imperante era la Democracia Representativa. Al respecto, González F. (2007), cita al politólogo David Held, quien identifica tres modelos de democracia: la directa o participativa, la representativa o liberal y la unipartidista. En nuestro país se implantó durante 50 años la democracia representativa, lo que se constituyó en una experiencia negativa, por los aspectos mencionados.

Según González, la Democracia Representativa se desarrolló en Venezuela entre 1959 y 1999 en tres etapas. La primera se ubicó entre 1959 y 1974, esta fase fue de formación del modelo y se caracteriza por ser el momento de la representatividad, del pluripartidismo y de la inexistencia de la polarización, también se excluyó a los partidos de izquierda. De 1974 a 1989, en esta etapa se intensifica la polarización entre el partido Acción Democrática y Copei, se pone en ejecución el pacto institucional y se permite la inserción del Partido Comunista de Venezuela (PCV) y del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR). Se pone de manifiesto el bipartidismo (AD y COPEI) y se incrementa el Poder del Ejecutivo y del Presidente de la República, se restingue así las oportunidades. La tercera fase se ubica entre 1989 y 1999, es señalada por el autor como la etapa del agotamiento de la llamada democracia representativa debido a los sucesos que convulsionan al país: vemos los problemas de gobernabilidad; se produce el fenómeno de la abstención en 1988; estallan los sucesos del 27 y 28 de febrero; se producen golpes de Estado, se destituye de la presidencia a Carlos Andrés Pérez; posteriormente se consolida un nuevo liderazgo, con la llegada de un militar retirado: Chávez Frías, lo que constituyó el agotamiento del modelo representativo.

Democracia Participativa y Protagónica

En 1999 llega a la Presidencia de la República, Hugo Rafael Chávez Frías, y con el inicio de su mandato comienza un proceso dinámico y complejo que ha llevado a profundas transformaciones en lo político, social, económico, cultural e internacional; en todos los ámbitos se comienzan a producir fenómenos sociales caracterizados por una creciente participación ciudadana. Es así como el Presidente impulsa el proceso de la Constituyente Nacional, con el firme propósito de reformar el Estado y las instituciones y procurar un nuevo modelo que enfrentase el Neoliberalismo Salvaje (así llamado por el Presidente)y que produjo el incremento de la pobreza extrema, el crecimiento de la deuda pública y la tendencia hacia la privatización de empresas nacionales, dentro de ellos la empresa petrolera. Se produce, además, el 15 de diciembre de 1999, como hecho trascendental en la historia venezolana, la realización de un Referendo para aprobar la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, proclamada por la Asamblea Nacional Constituyente el 20 de diciembre del mismo año. Y es precisamente, en nuestra Constitución donde aparecen consagrados los principios que rigen la Democracia Participativa y Protagónica, ello con la finalidad de legitimar la participación de ciudadanos y ciudadanas en un nuevo modelo sociopolítico y económico que además demanda la corresponsabilidad que tiene el pueblo para la solución de los problemas del entorno.

La entrada en vigencia del nuevo texto constitucional abre los espacios para la participación corresponsable y protagónica de los venezolanos(as) en la construcción de una Patria digna, se destaca así en el Preámbulo de la Constitución Bolivariana el fin supremo de Refundar la República para “…establecer una sociedad democrática, participativa y protagónica, multiétnica y pluricultural en un Estado de justicia, federal y descentralizado, que consolide los valores de la libertad, la independencia, la paz, la solidaridad, el bien común, la integridad territorial, la convivencia y el imperio de la ley para esta y las futuras generaciones; asegure el derecho a la vida, al trabajo, a la cultura, a la educación, a la justicia social y a la igualdad sin discriminación ni subordinación alguna…” De manera que ya en el Preámbulo Constitucional se enfatiza la necesidad de que se inicie el proceso de participación activa para entre todas(os) construir colectivamente una sociedad más justa y equitativa, sin exclusiones de ningún tipo. Se comienzan a ampliar, de esta manera, los espacios para que de manera paulatina, pero firme, se consolide la inclusión social.

Debe destacarse el Art. 62 de la Constitución, en el que se enfatiza el derecho de los ciudadanos(as) de participar en asuntos públicos y además se señala que la participación del pueblo en la formación, ejecución y control de la gestión pública es esencial para lograr el protagonismo que garantice el desarrollo individual y colectivo, por lo que el Estado debe generar la condiciones que favorezcan la participación.

Evidentemente, que el Estado venezolano debe asegurar el cumplimiento de los derechos constitucionales y es por eso que crea Políticas Sociales enmarcadas, inicialmente, en las orientaciones de las Líneas Generales del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2001-2007 y actualmente continuadas en Las Líneas Generales del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2007-2013.

Por otro lado, se crean las Misiones Sociales y otros medios que permiten a los miembros de las comunidades organizarse y gestionar proyectos sociales para la mejorar la calidad de vida. Se puede precisar el incremento del Poder Popular mediante el diseño de Políticas para respaldar la creación de Consejos Comunales, Cooperativas, Empresas de Producción Social, entre otros. En ese sentido, el Estado procura darle viabilidad a lo expresado en el texto constitucional, concretamente, en el Art. 70, que expresa: “Son medios de participación y protagonismo del pueblo en ejercicio de su soberanía, en lo político: la elección de cargos públicos, el referendo, la consulta popular, la revocación del mandato, las iniciativas legislativas, constitucional y constituyente, el cabildo abierto y las asambleas de ciudadanos y ciudadanas cuyas decisiones serán de carácter vinculante, entre otros; y en lo social y económico: las instancias de actuación ciudadana, la autogestión, la cogestión, las cooperativas en todas sus formas incluyendo las de carácter financiero, las cajas de ahorro, la empresa comunitaria y demás formas asociativas guiadas por los valores de la mutua cooperación y la solidaridad..." En términos muy sencillos, la participación ciudadana es el proceso mediante el cual los ciudadanos en forma directa o mediante sus expresiones asociativas, inciden en ciertos procesos gubernamentales definitorios de políticas públicas. Es decir, por medio de la participación ciudadana individuos, comunidades y sectores sociales organizados tienen la oportunidad de intervenir de distintas maneras en la resolución de determinados asuntos de interés colectivo.

Una de las ventajas de la participación ciudadana es la construcción del Capital Social. Es esa participación la que permite fortalecer la justicia, la cooperación y solidaridad, valores supremos para la Refundación de la República. De igual manera, la participación favorece el Empoderamiento de la Ciudadanía y de las Comunidades más vulnerables. Entonces y bajo un paradigma gubernamental basado en la participación, se permite el cumplimiento de cuatro características claves del empoderamiento como lo son: el acceso a la información, la inclusión, la responsabilidad y las capacidades de organización cívica. Es con la participación cómo se garantiza la articulación de redes como medios organizacionales alternativos y autónomos de las comunidades y sectores sociales organizados en la resolución de sus problemas. Y esto sin dudas, favorece la consolidación de la Inclusión Social.

Hoy día, el Estado continúa promoviendo desde la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, la Participación Ciudadana, para hacer realidad la democracia participativa y protagónica, es decir que los ciudadan@s de todo el país asuman su parte, su corresponsabilidad en la construcción de la nación soberana. Observamos, con entusiasmo, en ese sentido, cómo se está produciendo una intensa movilización de sectores sociales en diversas organizaciones, movimientos y en el tejido de diferentes redes sociales; que impulsan su inclusión social y política. Según Martínez (2004), “La Participación Ciudadana es un derecho humano, un medio y un fin, una forma de gobierno”. Esto indica que estamos ante otro modelo de estado y de sociedad que exige al ciudadano reinvindicar sus derechos, pero como contrapartida asumir deberes y corresponsabilidades. Este es un modelo de democracia participativa que no sólo nos convoca a los actos democráticos del sufragio, sino a procesos permanentes y activos de ciudadanía.

Se está construyendo un sólido tejido social para la participación de los ciudadan@s en los ámbitos económicos, políticos, sociales, educativos, seguridad, productividad y sectores; para la toma de decisiones conjuntamente con en el Estado. Señala, al respecto, Cunill (1997) que “la Participación es el proceso mediante el cual la ciudadanía interviene individual o colectivamente, en las instancias de toma de decisiones sobre asuntos públicos que le afecten en lo político, social o económico”. Es así cómo se puede señalar, que la participación ciudadana desde las comunidades, es una forma de distribución del poder de decisiones, o democratización en la relación entre los actores políticos y sociales; de las condiciones institucionales o sociales que permiten el ejercicio efectivo de los derechos humanos, en el contexto de la gestión pública. Esto permite exigir acciones más eficientes de los entes públicos, desde una perspectiva del proceso social. Por eso, involucra la responsabilidad individual y colectiva de la gente y puede tomar la forma de convenios de gestión participativa, elaboración de proyectos comunitarios, planificación participativa, evaluaciones de resultados, mecanismos de rendición e informes a las comunidades y otras acciones sociales.

Entre los actos participativos pueden mencionarse: la asamblea de ciudadan@s, la autogestión y cogestión de servicios, la atención ciudadana, actividades socioeconómicas, empresas comunitarias. Con la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y otras normativas legales, los ciudadan@s pueden participar en todas las etapas de formación de las políticas públicas, se fortalece la dimensión regional y local mediante la especificación de proceso de transferencia de servicios hacia las comunidades en materia de salud, educación, vivienda, deporte, cultura, programas sociales, ambiente, mantenimiento de áreas industriales, mantenimiento y conservación de áreas urbanas, prevención y protección vecinal, construcción de obras y prestación de servicios públicos, proyectos socio-comunitarios, empresas de producción social. El ejercicio de la gestión pública ya no es una práctica burocrática como responsabilidad exclusiva del funcionario, sino que debe involucrar elementos de Participación ciudadana en la toma de decisiones y en la construcción de todos los elementos que permiten el desarrollo de la gestión (formulación, ejecución, control y evaluación de las políticas públicas).

Se considera relevante, a los efectos del ejercicio de la gobernabilidad, la concreción de una gestión pública centrada en la gente; es decir, que tome en cuenta necesidades, aspiraciones, propuestas, proyectos y actividades de carácter administrativo o financiero que involucre y tenga presente los intereses de la ciudadanía. La relación de la gestión pública con la corresponsabilidad social se expresa en los elementos de la nueva institucionalidad ya descrita, y representa la concreción de un deber establecido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en el cual la ciudadanía y las organizaciones sociales se relacionan directamente con las obligaciones del Estado orientadas al bienestar social y al mejoramiento de los servicios públicos (ver Artículos 135 y 326).

La democracia se construye así día a día. No es un formalismo ni un simple término jurídico, es decir, se requieren mecanismos que permitan la ampliación de las posibilidades de interlocución entre las instituciones del Estado y la diversidad de actores sociales. Conforme se consolidan los espacios de participación y se amplían, la ciudadanía organizada, se reconoce el rol protagónico que le corresponde asumir en el ámbito nacional. La democracia participativa y protagónica es: “es el conjunto de mecanismos e instancias que poseen l@s ciudadan@s y las comunidades par incidir en las estructuras del estado y los políticas públicas, sin requerir necesariamente de la representación partidista, gremial, clientelista o de vías de hecho cívicos o armadas.” Restrepo (1997). Esta democracia vincula totalmente al Estado con el Pueblo, por lo que la Participación ciudadana en los asuntos económicos, administrativos y políticos forma parte de la creación de una nueva cultura de compromiso directo de los ciudadanos, las comunidades y la sociedad organizada con el Estado y las políticas de interés colectivo.

Gerencia Participativa para la Consolidación de la Inclusión Social

Se ha venido señalando con anterioridad que el Estado Venezolano ha incrementando, en los últimos años, políticas sociales para facilitar a las comunidades su organización, en la búsqueda de soluciones a los problemas colectivos. Este empoderamiento o Poder Comunal se enmarca en la construcción de una Nueva Ética Socialista que exige, tal como se expresa en Las Líneas del Plan de Desarrollo Económico y Social de la nación 2007-2013: “…la refundación ética y moral de la Nación Venezolana. Tal refundación supone un proyecto ético y moral que hunde sus raíces en la fusión de los valores y principios de los más avanzado de las corrientes humanistas del socialismo y de la herencia histórica del pensamiento de Simón Bolívar. Su fin último es la suprema felicidad para cada ciudadano. La base de este objetivo fundamental descansará en los caminos de la justicia social, la equidad y la solidaridad entre los seres humanos y las instituciones de la República…” de allí que sea tan importante la gestión de las comunidades, para con la ayuda del Estado, pueda realizar proyectos alternativos que le permitan alcanzar esa suprema felicidad en los ciudadanos. Es necesario precisar que la felicidad se obtiene cuando se practican los valores de solidaridad, justicia y se trabaja por el bien común; pero más allá de ello, es también necesaria se logre en los ciudadanos(as) una estabilidad emocional y espiritual para de forma colectiva enfrentar los problemas del entorno.

En el desarrollo de la conciencia ciudadana se fundamenta, entonces, la alternativa de trabajar colectivamente para transformar la realidad. Y son precisamente los pobres, los excluidos de siempre, las comunidades más desposeídas las que por primera vez son tomadas en cuenta para que sean las que presentes proyectos, manejen los recursos y participen de manera directa en la consolidación de la inclusión social. Esto se traduce en lograr mejores oportunidades para el estudio, la adquisición de viviendas, entre otras posibilidades de alcanzar una vida digna.

Afortunadamente, la implantación de políticas de Estado ha contribuido en el empoderamiento de las comunidades. Por ejemplo, se puede mencionar el impulso realizado para lograr un mayor acceso de las masas a las tecnologías. En los Art. 108 y 110 de la Constitución Bolivariana se consagra el acceso universal a las tecnologías como fuentes de conocimientos. Por lo que la creación de Infocentros, la implantación de la Alfabetización Tecnológica y el recién lanzamiento del Satélite venezolano, constituyen una clara muestra de la plena intencionalidad de otorgar todo el poder de la comunicación y de las tecnologías a las clases menos pudientes. Entre los beneficios más recientes con los que cuenta la población, puede sumarse el hecho de contar con un satélite, lo que no sólo nos otorga soberanía tecnológica, sino que además permite atender a nuestros(as) compatriotas que se encuentran en los lugares más apartados del país, a través de la Telemedicina y la Teleeducación.

Debe destacarse asimismo que con el decreto de la Ley de los Consejos Comunales, el Estado ha podido, conjuntamente con la ejecución de Programas Sociales, otorgarle un mayor poder al pueblo. Por ello la necesidad de que las comunidades se organicen para resolver en colectivo los problemas. El Art. 2 de la Ley de Consejos Comunales expresa: “ Los consejos comunales en el marco constitucional de la democracia participativa y protagónica, son instancias de participación, articulación e integración entre las diversas organizaciones comunitarias, grupos sociales y los ciudadanos y ciudadanas, que permiten al pueblo organizado ejercer directamente la gestión de las políticas públicas y proyectos orientados a responder a las necesidades de las comunidades en la construcción de una sociedad de equidad y justicia social.” De allí que podemos precisar cómo a través de estas formas de organización se ejerce la Gestión Comunitaria para fortalecer los procesos de inclusión social que el Estado promueve. Se observa, entonces, que son los vecinos, las vecinas, los miembros de las comunidades, en los barrios y en otros sectores quienes están tomando las riendas para la construcción de una sociedad en la cual todas y todos tengamos igualdad de oportunidades para alcanzar una vida digna. Los Consejos Comunales también reciben formación, de parte de los diferentes entes gubernamentales, sobre cómo elaborar Proyectos Sociales en base a las prioridades que se tengan. La constitución de comités, dentro de los Consejos, centra la realización de acciones relacionadas con la problemática del ambiente, de la salud, del desarrollo personal, de la seguridad y de otros que se consideren conveniente crear.

De la mano con los Programas sociales, estos Consejos Comunales y otras comunidades organizadas, tienen alternativas viables para accesar a la salud, con la Misión Barrio Adentro; accesar a la educación, con las Misiones Robinson, Ribas y Sucre y otras Misiones de envergadura implantadas para asegurar esa inclusión social. Al respecto, se señala en el Plan de Desarrollo que “la inclusión social adquiere su más elevado desarrollo cuando el modo de atención es personalizada para los grupos sociales en situación de máxima exclusión social y está orientada hacia el autodesarrollo de las personas, las comunidades y sus organizaciones, lo cual implica prácticas democráticas, responsables y autogestionarias, por parte de los involucrados.” Esta es la razón por la cual el Estado continúa diseñando Políticas que permitan la gestión comunitaria, se crea el Banco Comunal para de esta manera facilitar el aporte financiero para el desarrollo de proyectos culturales, deportivos, de rehabilitación de viviendas, entre otros. Se crean además Misiones como la Misión Madres del Barrio que brinda ayuda a esas valientes y abnegadas madres que continúan luchando para llevar adelante la formación de sus hijos(as); se crea también la Misión Dr. José Gregorio Hernández para la atención de aquellos(as) personas discapacitadas a quienes por mucho tiempo se les había limitado su derecho al trabajo, al estudio y a vivir en términos de igualdad.

Diferentes Misiones creadas por el Estado para ayudar en la consolidación de la Inclusión Social

La Misión Barrio Adentro I nace en el 2003, para consolidar la atención primaria, especialmente de la población más excluida, mediante la creación de clínicas y consultorios populares. La Misión Barrio Adentro II, creado en el 2005 para brindar servicio integral gratuito en Centro de Alta Tecnología, Centros de Diagnóstico Integral y las Salas de Rehabilitación Integral. Misión Barrio Adentro III, creada para fortalecer la red hospitalaria del país. Cuentan las comunidades organizadas con el respaldo del Gobierno para continuar cerrando, en materia de salud, la gran brecha de desigualdad social.

La Misión Ciencia creada desde el 2006, ha permitido a las comunidades un mayor acceso al conocimiento y a las tecnologías. En sectores populares encontramos la instalación de salas de computación que ofrecen un servicio gratuito a los habitantes, se cuenta así con servicio de Internet para garantizar la obtención del conocimiento, el desarrollo de proyectos y la conformación de redes. El propósito de Esta Misión consiste en la búsqueda de soluciones habitacionales para las familias y las comunidades, en concordancia con los gobiernos locales. Es otra de los programas que permiten a las comunidades organizadas presentar proyectos habitacionales y/o rehabilitación de viviendas, lográndose incluso la sustitución de ranchos por vivienda. La Misión Identidad aparece en el escenario para consolidar la inclusión social, permitiendo se garantice la cedulación a los venezolanas y venezolanos, mediante el desarrollo de operativos permanentes y de fácil acceso a la población. La organización de los miembros de los Consejos Comunales facilita la concreción de estos operativos en los barrios y en los sectores populares del país.

En el campo de la Educación han sido significativo la consolidación de la inclusión social, las Misiones Robinson, Ribas y Sucre han permitido el ingreso de un porcentaje elevado de ciudadanos(as). El éxito de las mismas, se traduce en logros trascendentales como el hecho mismo de que se Declarara Territorio Libre de Analfabetismo. Con la Misión Sucre se pretende garantizar un mayor acceso a la Educación Superior, creando nuevas modalidades de estudio en todo el país.

Lo antes señalado son ejemplos relevantes de cómo la Ejecución de Políticas de Estado, en la República Bolivariana de Venezuela, persigue como propósito fundamental aproximarse a la concreción del sueño del Libertador de crear la Mayor Suma de Felicidad Posible, para esto es imprescindible que las comunidades se continúen organizando y gestionen los recursos para el desarrollo de proyectos sociales.

Podemos decir que se continúan escribiendo las páginas de la historia venezolana, mediante la participación corresponsable y protagónica de las ciudadanas y ciudadanos, porque otro mundo sí es posible y en nuestro país se está gestando un nuevo modelo de desarrollo social, sustentado en el humanismo y en los propósitos de construir el Hombre y la Mujer Nuevo(a) del siglo XXI.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS DE INTERNET:

http://www.gobiernoenlinea.ve/docMgr/sharedfiles/ConstitucionRBV1999.pdf
http://www.gobiernoenlinea.ve/gobierno_al_dia/plan_desarrollo2.html
www.consejoscomunales.gob.ve/ - 14k
http://www.aporrea.org/internacionales/n95314.html
http://www.revele.com.ve/pdf/extramuros/vol1-n7/pag11.pdf,Mario
http://es.wikipedia.org/wiki/Colonizaci%C3%B3n_espa%C3%B1ola_en_Am%C3%A9rica
http://www.analitica.com/BITBLIO/jmarti/nuestra_america.asp
http://www.larepublica.com.uy/editorial/285239-de-la-democracia-representativa-a-la-participativa
http://www.gobiernoenlinea.ve/miscelaneas/misiones.html

REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA

Centro de Investigaciones en Ciencias Sociales (1997). El polo asociativo y la sociedad civil. Servicio de Apoyo Local (Socsal), Caracas.

Cunill Grau, Nuria (1997). Repensando lo público a través de la sociedad: nuevas formas de gestión pública y representación social. CLAD / Nueva Sociedad, Caracas.

Restrepo, Darío (1997) Mimeo. Relaciones Estado-sociedad civil en el campo social: una reflexión desde el caso colombiano. Bogotá. Bogotá.

Solórzano, César (2002). El nuevo reto: la democracia participativa. Ediciones Koeyu, Caracas.













































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